viernes, 2 de septiembre de 2016

Historia de la bicicleta fixie


Historia de las bicicletas fixie


Unfixie es mucho más que una bicicleta. Detrás encierra un estilo de vida, una manera de relacionarse con el entorno, un aprecio especial por las bicicletas y una historia. Hoy queremos aprovechar nuestro blog para recordar el origen y la historia de las bicicletas fixie.
Las bicicletas fixie tienen mucho que ver con una filosofía de vida basada en el reciclaje y la reutilización; las primeras fixies se construyen de manera casera con viejos cuadros de bicicleta y otros componentes a los que se les de una nueva vida. Además, se prescinde de todo lo accesorio que no forma parte de la bicicleta en su mínima expresión: frenos, cables, cambios, desviadores u otros. Realmente, la bicicleta con piñón fijo, una de las principales características de las fixie, ya existía. Las fixies están basadas en la mecánica propia de las bicicletas de pista con las que se compite incluso en los Juegos Olímpicos.
El piñón fijo es el sistema original que utilizaron las bicicletas que sustituyeron a los velocípedos. Estos se basaban en el impuslo directo de los pedales a la rueda delantera. Pero el tamaño de sus ruedas los hacían especialmente peligrosos, por lo que en 1873 Harry John Lawson patentó la primera bicicleta impulsada por una cadena que movía la rueda trasera. Se les llamaba “bicicletas de seguridad“, debido a que su conducción era mucho más segura que la de los enormes velocípedos. Lawson es considerado junto a John Kemp Starley el  inventor de la bicicleta moderna.

Esta cadena de la que hablamos llegaba hasta un piñón fijo (fixed) que hacía que al impulsarse de los pedales, la rueda se moviera. Lo que viene siendo el piñón fijo de nuestras amadas fixies. De hecho, el piñón libre o single speed no se inventó hasta casi iniciado el siglo XX, por lo que cuando la bicicleta se universalizó como medio de transporte para toda la población, aún no existía.
Las bicicletas fixie, tal y como las conocemos ahora, tienen su origen en ese sentido de sostenibilidad al que aludíamos al principio, y su cuna en la ciudad de San Francisco. Teniendo en cuenta que la fixie original no utiliza los frenos tradicionales y que San Francisco es conocida por sus increíbles cuestas con casitas de dos alturas a sus lados, la apuesta parecía arriesgada 🙂 Los primero fans de las fixies fueron los mensajeros; esos que hemos visto tantas veces en las películas norteamericanas recorriendo la ciudad en su bici con una sudadera y una gorra en la cabeza. Los mailboys aprecian las fixies por varios motivos: son ligeras, permiten una rápida aceleración, utilizan menos piezas y por lo tanto tienen menos averías y suponen una menor pérdida en caso de robo.
La moda se fue extendiendo a otras ciudades como New York o incluso a otros continen y países: Países nórdicos, Australia, China o Rusia. Y no eran sólo los mensajeros las que los utilizaban, sino que comenzaron a ser el icono detribus urbanas que buscaban una estética más urbanita, mayor comodidad y  rapidez que la de las bicicletas de paseo, montaña o ciclismo.
La cultura fixie está intimamente ligado al medio audiovisual: fotografía y vídeo, donde existen producciones profesionales o amateurs donde se cuida mucho la realización, la fotografía y en definitiva la estética. E incluso también a una forma de vestir, que se ha visto refrendado con colecciones de grandes marcas enfocados al público ciclista urbano y más en concreto a los fixeros. Este movimiento cultural, a veces tildado de hipster o snob, ha desembocado en numerosas marcas de fabricación de bicicletas fixie en todos los países. En poco más de un año, en España se ha multiplicado por tres el número de marcas de bicicletas fixie, y los talleres y aficionados que se dedican a la restauración, renovación o reconversión de viejas bicicletas en fixies también ha incrementado exponencialmente.
Todo esto movimiento convive además con los Criteriums, competiciones amateurs en pista en las que se compite con fixies con manillar de pista; y numerosos grupos aficionados que celebran quedadas y encuentros para recorrer la ciudad dando pedales y hablar de sus bicicletas fixie.